EDITORIAL

LUCHA POR EL PRESTIGIO Y EL PODER POLITICO DE BAJA CALIFORNIA SUR ENTRE LA FAMILIA AGRAMOT QUE LLEVA LA DELANTERA Y LE SIGUE LA MENDOZA

En el proceso electoral federal del pasado primero de julio en Baja California Sur, no solo se buscaron ganar las posiciones de senadores y diputados federales, sino que se midieron las fuerzas políticas entre partidos políticos, por candidatos y lo que no se representaba al menos en las crónicas políticas, fue el prestigio de las familias políticas sudcalifornianas, que por primera vez entran a la contienda las segunda y tercera generaciones de recientes ex gobernadores del estado.

Como caso único al menos en Baja California Sur, es que se dio en el pasado proceso electoral federal una contienda entre nuevas generaciones de familias políticas que han ostentado el poder político, en todo el tiempo que gobernó con carro completo el Partido Revolucionario Institucional (PRI), ahora en el plano político más trascendente fue el contender por las senadurías, primeramente por el Partido Acción Nacional (PAN), Carlos Mendoza Davis, hijo del ex gobernador priista del estado el licenciado Angel Cesar Mendoza Arámburo y por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), Ricardo Barroso Agramont, nieto del primer gobernador nativo de Baja california Sur, Félix Agramont Cota.

Los resultado finales del primero de julio señalan como ganador a Ricardo Barroso Agramont candidato del PRI como senador por mayoría relativa y en segundo lugar por primera minoría por el PAN, licenciado Carlos Mendoza Davis, como es de esperarse en el ámbito político sudcaliforniano, al menos estos dos políticos serán los candidatos naturales a la gubernatura del estado. La realidad, en función a los resultados electorales que se dieron el pasado primero de julio, es que Ricardo Barroso Agramont, va en primer lugar no solo en su partido a la candidatura, sino por arriba del panista Carlos Mendoza Davis.

O sea, el nieto del ex gobernador Félix Agramont Cota, teóricamente y prácticamente en el terreno político estatal va a la cabeza.